En estos días en los que una DANA o “gota fría” ha inundado la zona de Murcia y Alicante, se han llenado las redes sociales y los medios de prensa y TV con anuncios y avisos a la población para que tengan precaución, y con noticias sobre las causas y sobre si podía haberse evitado. Irremediablemente también han aparecido noticias sobre los rescates de personas y sobre los fallecidos, más que por avisar a la población de los riesgos por aquello de que el morbo vende.
Pero desgraciadamente he visto pocas noticias sobre todos aquellos que han estado trabajando sin descanso por restablecer la normalidad en las cosas. Aquellos que han trabajado día y noche para mantener el abastecimiento de agua potable a la población, para conseguir que vuelva el suministro de electricidad y telecomunicaciones, para que se pueda circular por las autovías y carreteras, para que lleguen alimentos frescos alimentos, para que se vuelva a recoger la basura, para que se evacué todo el acumulada, para que se limpien las calles y los domicilios. En resumen, para recuperar todas esas cosas cotidianas que sólo se echan de menos cuando faltan.
Son miles de personas que han trabajado sin descanso y de los que los medios de comunicación no se acuerdan, pero los ciudadanos sí, porque los ven a diario por el vecindario desviviéndose por ellos, porque son sus propios vecinos o familiares, y porque ellos también son víctimas.
Este escrito pretende ser una reivindicación del reconocimiento que se merece toda esa gente que trabaja en la sombra por sus conciudadanos, pero también para que dispongan de los medios técnicos y materiales para poder afrontar situaciones de emergencia como esta, y para que se doten de los medios económicos para inversiones en previsión de emergencias como colectores de pluviales de suficiente tamaño, tanques de tormenta, parques inundables, bombeos de pluviales, acondicionamientos de cauces, limpiezas de riveras, etc,…
Y la mejor forma de conseguir todo eso, es que los medios de comunicación y las redes sociales conciencien a los políticos locales para que dejen de intervenir ideológicamente las tarifas de agua y alcantarillado, y que permitan que sufraguen todos sus costes de operación, mantenimiento y de amortización de las inversiones.
Cuando hay una rotura de agua potable, la gente se queja en seguida y aun así a las empresas gestoras nos cuesta muchísimo convencer a los políticos para que las tarifas del agua potable soporten todos sus costes. Pero, como las emergencias en el alcantarillado y pluviales ocurren con mucha menos frecuencia es casi imposible conseguir que se incluyan en las tarifas los costes de limpiezas e inspecciones del alcantarillado y las amortizaciones de las inversiones en colectores y tanques de tormentas, etc…
Evidentemente, también serán necesarias inversiones en el encauzamiento de barrancos, arreglos y limpiezas de riveras, construcción de pantanos de regulación de avenidas, etc… que tendrán que partir de una buena planificación hidrológica y de fondos nacionales, europeos y autonómicos, pero tan importante como ello es que los políticos locales se conciencien de qué los servicios de agua y alcantarillado se deben planificar a largo plazo con tarifas autosuficientes.
