Era el verano de 1997 cuando me mudé a Málaga con mi familia. Apenas conocíamos ni la ciudad, ni las costumbres. Yo solo había estado una vez antes de ese año y lo último que me imaginé es que terminaría viviendo allí.
La ciudad se conoce rápido y las costumbres… no habría mucha diferencia, tampoco veníamos de China, sino de Jaén, a sólo 200 kilómetros de distancia. Así que sabiendo que una casa individual es una “casamata”, que a los taladros se les llama “guarritos” y que no saben los que es un pizco (en malagueño “mititilla”) estás preparado para integrarte rápidamente.
Pero hay costumbres íntimas, del hogar, algo que es más difícil de observar y que hicimos mal desde el principio. Era por simple desconocimiento, lo hacíamos en Jaén desde siempre, todos lo hacían, no había ninguna maldad en ello, no sabíamos que en Málaga no se pudiera hacer. Pero lo peor es que no nos enteramos inmediatamente, no teníamos ni siquiera una sospecha, estuvimos haciéndolo mal mucho tiempo pero al final surgió la verdad. En Málaga, no se bebe agua del grifo. Y nosotros sin saberlo…
Si le decías a cualquier malagueño que bebías agua del grifo te miraba como si comieras cristales con kétchup. Y es que el agua de Málaga históricamente ha tenido mal sabor, como muchos sitios de la costa mediterránea. Pero nosotros llegamos, llenamos un vaso del grifo y nos lo bebimos desde el primer día, y estaba buena…Ay, inconscientes, si nos llegan a avisar ponemos cara de asco y bajamos corriendo al supermercado a por una garrafa.
Pero nadie nos avisó y para cuando nos enteramos, pues ya nos daba pereza acarrear con agua mineral, porque no era por otra cosa. Todavía no era consciente de todo el plástico que genera y lo medioambientalmente insostenible que es el agua embotellada. No suponía ningún esfuerzo, el agua del grifo simplemente estaba buena y muy a mano.
Y no te digo que en ciertos lugares de Málaga el agua no tuviera mal sabor, que lo tenía, pero ni era en todos sitios ni en todas las épocas. Como todo, el sector del agua ha ido evolucionando. Las conducciones son mejores, los tratamientos también, hasta tal punto que para solucionar los problemas históricos de cal del agua, se instaló en 2005 una desalobradora que elimina el exceso de sales del agua del Río Guadalhorce, del que se abastece buena parte de la ciudad. ¿Cuál es el resultado? Que actualmente el agua de Málaga es un agua blanda.
También es cierto que el estado de las cañerías puede afectar a la calidad del agua, y en el grifo estos valores pueden ser superiores, sobre todo en edificaciones muy antiguas, que tengan incrustaciones de cal en sus tuberías.
Pero muchos más son los malagueños que siguen sin beber agua del grifo, ¿será que como nosotros en su momento, no se han enterado de que ahora si se puede beber? Prueba a decírselo y verás que muchos te siguen poniendo mala cara.
Ahora no sólo bebo agua del grifo porque está buena, sino por dos razones nada desdeñables; el impacto medioambiental que tienen las botellas de plástico y lo cara que es el agua mineral comparada con la del grifo.
Entonces, hace unos días me puse a pensar… ¿y si lo hubiéramos sabido y hubiéramos comprado agua mineral desde que nos mudamos? Desde 1997 han pasado ya 20 años por lo que el total podría ser un pico. ¡Pues hagamos unas cuentas fáciles!
Precio del agua
Vámonos al supermercado, a una gran superficie (bueno a dos) por eso de comparar, y veamos los precios del agua mineral.
Podríamos desde usar el envase más económico de la marca más económica (Mercadona, Fon Natura 5 litros a 0.092 euros el litro) hasta el más caro (Mercadona, diseños personajes Aquarel a 1.42 euros el litro). Pero vamos a suponer que es para consumo habitual así que podríamos poner rangos de precios, el “barato” a 0.12 € el litro, el “medio” a 0.2 € y el “caro” a 0.3 € el litro.
En España de media el metro cúbico de agua del grifo (1.000 litros) está en 1.77 €. En Málaga el precio del agua es más barato que la media nacional, pero vamos a usar ese valor, que no se diga.
¿Cuánto bebemos?
Lo de beber 2 litros de agua al día es solo un mito que sigue persistiendo, por lo que vamos a poner dos valores de consumo diario inferiores, 1 litro y 1.5 litros por persona y día.
Y el resultado es...
Con estos valores ya es relativamente sencillo hacer las cuentas, aquí están los sorprendentes resultados.
Teniendo en cuenta que en mi familia somos 4 personas y suponiendo un precio del litro medio (0.2 €) y un consumo de los bajos (1 litro por persona y día), me sale un ahorro en estos 20 años de 5.788,3 € (5.840 € de ahorro de mineral – 51,7 € de gasto del grifo).
Pues casualidades de la vida, nos hemos comprado justo un coche de segunda mano que nos ha costado 6.000 €.
Vale, hay 211.7 € de diferencia, pero no he incluido los días que hemos hecho deporte (que se consume más) ni sobre todo las visitas familiares que, teniendo en cuenta que vivimos en una ciudad con playa y temperaturas suaves, y que somos originarios de una zona donde el verano puede ser un infierno, no son nada desdeñables. Así que con eso nos daría para pagarlo entero y ponerle alfombrillas nuevas.
Plástico
El otro de los grandes impactos es el medioambiental. La generación de plásticos y las emisiones de gases asociadas, como las que se producen al transportar el agua innecesariamente desde otro lugar alejado. Estas emisiones serán distintas en función de la procedencia y son más difíciles de calcular, pero el plástico que hemos dejado de generar, sí podemos calcularlo.
- ¿Cuánto plástico hay en un litro?
Aunque puede variar, vamos a coger como ejemplo las cantidades extraídas de un documento de Ecoembes donde explica como rellenar las fichas técnicas de los envases de agua mineral, y lo hace con dos ejemplos que considera representativos. Una por si consumimos en botellas de lito y medio y otra por si compramos garrafas.
En resumen, si compramos garrafas, generaríamos 18.4 gramos por litro y si compráramos packs de botellas de 1.5 litros, generaríamos 26.9 gramos por litro.
Con todos los datos listos podemos hacer las cuentas para los plásticos y obtenemos estos resultados.
Si hubiéramos comprado siempre garrafas estaríamos en 537 kg de plástico generados, si hubieran sido envases de litro y medio habríamos generado 805 kg, y si forzamos un poco para que salgan los números más resultones, y consideráramos que nuestra media fuese un poco mayor de ese litro por persona y día, solo un vaso al día más (1.25 litros), habríamos generado en plásticos el mismo peso de nuestro coche, 980 kilogramos.
O sea, que si hubiéramos bebido agua embotellada, es como si hubiéramos cambiado nuestro magnífico automóvil ¡por una tonelada de plástico! Creo que, egoístamente, saldríamos perdiendo con el trueque.
Y dicho esto, me voy a dar un paseo. Eso sí, dejo el coche aparcadito y me voy en bicicleta, y con una botella rellenable con agua del grifo, que aunque estemos casi en noviembre, estamos a 27 grados, cosas del cambio climático, aunque parece que algunos, de esto, tampoco se han enterado.
